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El año pasado, mi esposo Tom recibió este mensaje de texto de su padre: “Para tu información, me operarán el cerebro mañana. No te preocupes. Estaré bien.”

Esta era la primera vez que escuchábamos sobre cirugía cerebral. Cuando Tom llamó a su papá y le preguntó por qué no se lo dijo antes, mi suegro tuvo una explicación clara: había retrasado su visita tanto tiempo que, cuando finalmente vio a un médico, sus síntomas habían progresado y fue internado inmediatamente para el procedimiento. (Felizmente, se recuperó por completo y ahora está bien).

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